Oporto en 48 horas
Aprovechando que una amiga se fue a Oporto de Erasmus pensamos en ir a verla un fin de semana.
El motivo principal de esta viaje fue visitarla, sin embargo esta ciudad nos sorprendió gratamente.
Es una ciudad con mucho encanto, perfecta si no dispones de muchos días de viaje. Nos dio tiempo de sobre a recorrerla en dos días de arriba a abajo. Seguramente dejamos cosas en el tintero pero disfrutamos mucho de ella.
Cuando llegamos, lo primero que hicimos fue ir a su casa, dejar el equipaje y bajar a la calle a ver un desfile de gente vestida de Papá Noel, para llegar al Récord Guinness, y lo consiguieron con más de 14000 personas disfrazadas.

Récord Guinness Papá Noel, Oporto
Después de eso, nos fuimos a un bar a probar los típicos platos de allí. Nos dijeron que no podíamos irnos sin probar la Francesinha, una especie de sandwich de jamón, queso, salchicha, ternera y rebozado en huevo, gratinado y todo ello bañado en una salsa que está espectacular, acompañado de cerveza, por supuesto. Aunque la pinta no era la más apetecible del mundo, tenemos que decir que está buenísimo y es la especialidad gastronómica de la ciudad, sin duda, tenéis que probarlo! Acabamos de fiesta en un pub rodeados de gente joven con música española, muy top!
Al día siguiente madrugamos, estábamos deseando recorrerlo todo así que cogimos un mapa y nos fuimos a la aventura.
Plaza del Alburquerque
Fuimos caminando hacia la Casa de la Música, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, del arquitecto Rem Koolhaas. Por el camino topamos con una plaza ajardinada, la plaza del Alburquerque, en la que nos detuvimos a echar algunas fotos.
En el centro de la plaza se puede contemplar una escultura que se llama monumento a la Guerra Peninsular (un león sobre un águila moribunda en lo alto de un pedestal), que conmemora la victoria de la alianza británico-portuguesa sobre las tropas Napoleónicas.

Monumento a la Guerra Peninsular, Oporto

Casa de la Música, Oporto
De ahí continuamos de paseo y subimos a la parte alta de Oporto para contemplar la ciudad desde arriba.
Jardines del Palacio de Cristal
Desde allí las vistas de la desembocadura del río Duero son impresionantes. Es también una zona verde, en la que da gusto detenerse a respirar aire puro.

Jardines del Palacio de Cristal

Jardines del Palacio de Cristal

Alrededores de los Jardines del Palacio de Cristal

Vistas desde los Jardines del Palacio de Cristal

Vistas desde los Jardines del Palacio de Cristal

Vistas desde los Jardines del Palacio de Cristal
Volvimos a la parte de la ciudad, y fuimos caminando tranquilamente por el casco antiguo. Llegamos donde estaba la Torre de los Clérigos, la más alta de la ciudad. Se puede subir y disfrutar de una vista panorámica aunque para ello deberás subir los 240 escalones. En este caso, nosotros no lo hicimos. Continuamos caminando para ir a la Catedral.

Iglesia y Torre de los Clérigos
Catedral de la Sé de Oporto
Está situada en la parte alta de la ciudad, es el edificio religioso más importante y fue declarada Patrimonio Nacional.

Catedral de la Sé de Oporto

Catedral de la Sé de Oporto

Catedral de la Sé de Oporto

Vistas desde la plaza de la Catedral de la Sé de Oporto

Interior de la Catedral de la Sé de Oporto

Catedral de la Sé de Oporto

Vistas desde la plazade la Catedral de la Sé de Oporto
Entre la Catedral y la orilla del Duero se encuentra el Barrio Do Barredo, una zona llena de estrechas callejuelas, de cuestas y edificios coloridos. Continuamos por esa zona hasta La Ribeira. En nuestra opinión, el lugar con más encanto de todo Oporto.

Barrio Do Barredo
La Ribeira y el Puente Don Luis
Pasear bajo el Puente Don Luis junto a la ribera del Duero es algo imprescindible que no te puedes perder. Este puente está formado por dos pisos. Por arriba pasa el metro y por debajo pasan los coches. Merece la pena subir y cruzarlo para ver la ciudad desde lo alto. Seguramente si has visto alguna foto de Oporto, ésta será la estampa que te imaginas ver.

Puente Don Luis, La Ribeira

Puente Don Luis, La Ribeira

Puente Don Luis, La Ribeira

Vistas desde el otro lado del Puente Don Luis
Una vez de vuelta al casco antiguo, hicimos una parada para ver la Estación de San Benito. Merece la pena entrar a ver su interior los murales de azulejos.

Estación de San Benito
El tranvía de Oporto, se ha convertido también en algo muy turístico. Súbete en uno de ellos y vive la experiencia.
Playa Matosinhos
Por la tarde decidimos ir a un municipio cercano para ver el atardecer en la playa.

Playa Matosinhos

Playa Matosinhos

Playa Matosinhos

Playa Matosinhos

Castelo do Queijo, Playa Matosinhos

Playa Matosinhos
El día finalizó con la subida a la zona de los Jardines del Palacio de Cristal, para disfrutar de una panorámica nocturna.

Jardines del Palacio de Cristal

Vistas nocturna desde los Jardines del Palacio de Cristal
Sin duda, podemos decir que fue un día muy bien aprovechado.
A la mañana siguiente volvimos al casco antiguo, para dar una vuelta por la zona del Ayuntamiento y para visitar la librería más famosa del País.
Librería Lello e Irmao
Es reconocida como una de las librerías más bellas del mundo, y bien merece ese título puesto que tiene un encanto increíble. Sus estanterías de madera y la forma de su escalera para acceder al primer piso la dotan de un lugar de película, nunca mejor dicho, puesto que fue allí donde se rodaron escenas de la famosa saga Harry Potter, y como somos unos fanáticos, no podíamos irnos de allí sin entrar.

Librería Lello e Irmao
Hasta aquí nuestra experiencia en Oporto.